«El arte de guardar»

Con el “El arte de guardar”, quinta muestra de las obras de la Colección Joaquín Gandarillas Infante, la Pontificia Universidad Católica de Chile espera, aguarda se podría decir en este caso, una respuesta positiva de su fiel e interesado público a una muestra no convencional. Mobiliario de contenedores del periodo virreinal ocupan nuestra sala de exposiciones: cajas, arcones arquetas, baúles, bargueños escritorios, alacenas y cajas de caudales realizadas a mano. Algunas piezas muestran materiales preciosos y exóticos, otras elementos rústicos, pero todas están realizadas con cuidado y con arte. Novedosa en su concepto en nuestro país, y poco explorada en sus implicancias sociales, la temática del mueble de guardar, protagonista aquí, encierra funciones y significados no evidentes hoy, relacionados a constantes antropológicas y a necesidades afectivas que todas las épocas anteriores a la nuestra resolvieron en una cierta línea de continuidad, actualmente interrumpida. Observar estas piezas nos debería llevar a conocer mejor a las sociedades del pasado pero también a reflexionar sobre las del presente.

Guardar, proteger, asegurar son hoy temas candentes en el contexto de inseguridad ciudadana que vive la era postmoderna, especialmente en las grandes urbes. Para eso se contratan servicios en instituciones especializadas como bóvedas de bancos y cajas de ahorros, se pagan pólizas de aseguradoras, sistemas de seguridad y alarma contra robo y asalto a mano armada. Pero nuestra sociedad protege principalmente el valor del dinero y de ciertos documentos de curso legal que lo representan, pues simultáneamente y salvo contadas excepciones, los objetos e instrumentos de que nos rodeamos en la vida cotidiana, en la era de la novedad, se desvalorizan diariamente en el proceso de la competencia y de la innovación, entrando en el rápido vórtice de la obsolescencia, que expulsa del mercado de un año para otro las recientes versiones de los objetos tecnológicos y de los bienes de consumo ingresados en la incierta e inerte categoría de los “modelos descontinuados”.

Las sociedades tradicionales hispanoamericanas de los siglos XVII y XVIII que funcionan sincronizadas a la precariedad, incluso las mismas élites y la monarquía, ejercen su faceta de homo faber buscando la durabilidad de los objetos e implementos que fabrican, pues ellos les aseguran la subsistencia, las fuentes de trabajo, la seguridad, los ingresos, la belleza incluso. Se precaven así contra las discontinuidades; y la obsolescencia les es ajena. Los implementos e instrumentos de la vida cotidiana, en esa época, si bien han incorporado en parte procesos mecánicos, no han ingresado al nivel de la industrialización seriada y llevan aún impreso el sello de la mano; mano anónima, individual y/o colectiva del artesano, que guarda en ella un aprendizaje de siglos de experiencia y saber y los estampa como huella en los materiales rústicos o preciosos; en las formas modeladas en la tactilidad de los dedos, con la calidez que otorga el oficio, a la vez técnica y arte.

En ese contexto, el acto de guardar no es sólo defender y asegurar, sino preservar; cuidar los objetos, los pequeños “tesoros” de que el hombre se ha rodeado siempre y que constituyen su prolongación en el espacio y en el tiempo, con el fin de que duren y puedan transmitirse a las siguientes generaciones. Aquello que se considera único, valioso y propio, ese objeto motivo de afecto, se expresa en la herencia paterna y familiar, más allá de su mera componente económica, para constituirse en patrimonio. “El baúl de los recuerdos” no es sólo es una conocida imagen literaria, sino también una clave secreta que funciona activando una respuesta ampliamente relacional entre el hombre, su psique, su recuerdo, sus seres queridos y el pasado. Ese baúl guarda en su perfume alcanforado un mundo interior que no sólo atañe a su contenido material, sino a la memoria que impregna sus maderas o sus hierros y a cada uno los objetos que custodia; memoria recluida y preservada en el tiempo largo y a la vez, protegida del tiempo corto de los avatares urgentes.

Ese es el arte de guardar en el sentido amplio que constituye esta exposición. Los baúles y arcones que aquí se muestran guardaron objetos personales y familiares, y aún más, en su misma calidad de contenedores han sido también contenidos, y guardados, custodiados y cuidados en la Colección de Joaquín Gandarillas Infante. Porque encierran ese mensaje hoy oculto que liga al hombre y a los elementos de que se rodea como prolongaciones de sí mismo, en una envolvente anímica que lo motiva a construir un contexto y en él a cobijarse y construirse a sí mismo.

La Universidad Católica ha querido marcar con esta muestra un rumbo diferente, secular y contemporáneo, a la vez que ancestral y antropológico. El arte de guardar implica no únicamente el guardar con arte, también se guarda el silencio, se guarda un secreto, se guarda respeto. Guardar no es sólo una acción defensiva sino de resguardo humano, psíquico y patrimonial.

Lunes 28 de marzo al sábado 30 de julio de 2016
Lunes a sábado, 10:00 a 20:00 horas.
Sala Joaquín Gandarillas Infante, Centro de Extensión.
Visitas guiadas gratuitas. Inscripciones: artesvisuales@uc.cl

«El alma del gran Santiago»

Santiago durante el verano no sólo se llena de turistas, sino que también los mismos santiaguinos se transforman en ellos. Y qué mejor que hacer un alto en la rutina y transportarse a Santiago del siglo XIX y principios del XX, a través de una exposición fotográfica que llevarán a cabo la cadena de café Starbucks y Enterreno.com, una plataforma urbana on line que se dedica a rescatar fotografías que muestran lugares históricos del país.

Esta muestra constará con 14 fotografías históricas, que desde el día jueves 28 de enero, en el subterráneo de la tienda Starbucks de Pedro de Valdivia (Av. Pedro de Valdivia N°27, Providencia) se expondrán de forma gratuita a todo público hasta el 11 de febrero, entre las 07:00 y las 21:30 horas, para luego trasladarse a partir del viernes 12 de febrero hasta el domingo 28 de febrero a la tienda Edificio Ariztía (Calle Nueva York 52 y 54, local B3) [NOTA DE LA REDACCIÓN: Esta tienda permanece cerrada los días domingo, por lo que, en estricto rigor, estaría hasta el sábado 27 de febrero].

La asociación de Starbucks y Enterreno.com (plataforma creada por los arquitectos Nicolás Fernández y Felipe Bengoa) busca dar a conocer imágenes de Chile, sus ciudades, paisajes y su historia; ayudando a recopilar y compartir su patrimonio. Muchas fotografías mostrando un antes y un después del mismo paisaje.

«(en)clave Masculino»

Muestra de la colección patrimonial del Museo Nacional de Bellas Artes.

Esta exposición, que presenta cerca de cien obras de la colección del MNBA, entre las que destacan nuevas adquisiciones como el Prometeo encadenado de Pedro Lira y piezas del acervo patrimonial de la institución que se exhiben por primera vez al público, propone una mirada desde el género, que busca develar, en las prácticas de lo masculino, los ejes de la modernidad chilena.

 

«Crónicas Nikkei. Fotografías de japoneses en Chile»

22 de diciembre 2015 al 6 de marzo de 2016 / Lunes a domingo, 9:00 a 19:30 horas / Nivel -1 Centro Cultural La Moneda.

Te invitamos a ver una muestra de imágenes que forman parte de la colección fotográfica de la Sociedad Japonesa de Beneficencia Nikkei en Chile. En Crónicas Nikkei. Fotografías de japoneses en Chile podrás conocer más acerca de la historia y cultura de varios japoneses que llegaron a nuestro país, ya sea escapando de la guerra o con la promesa de una mejor economía, y que acabaron formando familias acá.

Nikkei es justamente el nombre que se le da a los emigrantes japoneses y a su descendencia, cuya comunidad alcanza su mayor número en Latinoamérica, adonde se concentra el 56% de los inmigrantes japoneses.

Ven a conocer más acerca de la cultura nipona a través de una exposición que, además, se enmarca dentro de un importante episodio de la historia chilena.

«La exposición pendiente 1973-2015. Orozco, Rivera, Siqueiros»

La importante muestra de artistas mexicanos que no se inauguró en septiembre de 1973.

“La ruta a México es: Antofagasta, Lima, Panamá, México y escala técnica en esos lugares. Comuníquenlo al canciller Rabasa y díganle que cruce los dedos”

El texto corresponde a un telegrama enviado en septiembre de 1973 por Gonzalo Martínez Corbalá, embajador de México en Chile, antes de subir al avión que lo trasladó a su país junto a 180 obras de la exposición que se suspendió antes de su inauguración programada para el 13 de septiembre de 1973, en el Museo Nacional de Bellas Artes de Chile. Junto a él viajaban los familiares del presidente Salvador Allende.

La cancelación de la exposición se produjo en medio de la convulsión del golpe militar y sin que muchos se enteraran. La muestra Orozco Rivera Siqueiros. Pintura Mexicana presentaría al público chileno una de las colecciones de arte moderno más importantes del continente. Cuarenta y dos años después y para celebrar el 25° aniversario del restablecimiento de relaciones diplomáticas entre México y Chile, ambos gobiernos han realizado un esfuerzo conjunto para reeditar esta muestra con una selección de las 76 obras originales y pertenecientes al Museo de Arte Carrillo Gil.

Las pinturas originalmente de propiedad del coleccionista de arte mexicano Álvar Carrillo Gil, fueron donadas al Estado mexicano en 1972, tras lo cual comenzó una serie de exposiciones itinerantes a nivel mundial, siendo Santiago de Chile el primer destino escogido para ello.

Las gestiones del museógrafo y comisario de exposiciones mexicano Fernando Gamboa, y del entonces director del Museo Nacional de Bellas Artes, Nemesio Antúnez permitieron el regreso de las obras a su país de origen.

Junto a las obras se exhibirán testimonios de puño y letra de Fernando Gamboa, quien vivió el golpe de Estado y los hitos que le sucedieron mientras se hospedaba en el Hotel Carrera, frente a La Moneda. Gamboa describió a Antúnez como “el prototipo de la amistad, de la decencia, y del artista e intelectual humanista chileno… El estilo del Museo”.

Sobre la relevancia del contexto histórico de la muestra La exposición pendiente 1973 – 2015. Orozco, Rivera y Siqueiros, el director del Museo Nacional de Bellas Artes, Roberto Farriol, señala: “esta exposición, junto con presentar obras valiosísimas de los tres maestros muralistas, es también un ejercicio de relectura de estas mismas desde una visión crítica. Por ello, y con el objetivo de contextualizar un momento histórico de incuestionable importancia, se ha trabajado en la investigación y documentación entre ambas instituciones, a cargo de Carlos Palacios, curador del Museo de Arte Carrillo Gil y en forma colaborativa, con Gloria Cortés, curadora del Museo Nacional de Bellas Artes”

Según Ángel Cabeza, director Dibam “la obra de estos tres artistas es parte del patrimonio artístico latinoamericano, y es en ese contexto que el gobierno de Chile, a través de sus instituciones involucradas, asume esta verdadera deuda cultural de más de cuarenta años con Chile y también con México. Esta exposición es muy importante, en tanto retoma una fluida relación cultural que se vio violentamente interrumpida”.

La exposición

La exhibición se realizará en el primer piso del MNBA, en los mismos espacios que Antúnez y Gamboa destinaron a la muestra original, utilizándose en esta ocasión las rotondas de dichas salas como espacios para el despliegue de documentos y testimonios de época que dan cuenta de los esfuerzos realizados para realizar la muestra en 1973 y su retorno a salvo luego de la cancelación de su apertura.

Destaca entre las obras las pinturas cubistas El arquitecto (1915-1916) y Maternidad (1916) de Diego Rivera.

De José David Alfaro Siqueiros, se exhiben veintiuna obras, pinturas, litografías y croquis. Entre ellas Zapata, estudio para el mural del castillo de Chapultepec(1966), Torso femenino (1945) o el Retrato de José Clemente Orozco (1947). La relación de Siqueiros con Chile, está representada por los grabados realizados para ilustrar el Canto General de Pablo Neruda.

La selección más numerosa corresponde a cincuenta obras de José Clemente Orozco con óleos y grabados previos a los murales de gran contenido político. Entre ellas se aprecian obras emblemáticas como El fusilado (1926-28), El réquiem (1928), Pancho Villa (1931), Cristo destruye su cruz (1943) o Los teules IV (1947).

Desde el 20 de noviembre de 2015 hasta el 21 de febrero de 2016.

«Aula de arte Nuestros Pueblos Originarios»

Desde el 15 de octubre de 2015 en adelante / Exposición permanente / Lunes a viernes, 10 a 13:30 hrs. y 15 a 19 hrs. / Febrero cerrado / Campus Oriente Pontificia Universidad Católica de Chile, Av. Jaime Guzmán Errázuriz 3300. Providencia.

Exhibición permanente de la colección que el profesor Gastón Soublette donó a la UC en octubre de 2015.

Consiste en más de 300 piezas, en su mayoría cerámicos, pero también líticos, textiles, maderas y platería de culturas de la región andina (principalmente del norte de Chile y parte de Perú), elaborados por las culturas Mapuche, Inka, Moche, Diaguita, Arica, Atacameña, Nazca y Tiwanaku, entre otras. Asimismo, las piezas existentes recorren un periodo temporal que va desde la prehistoria (más de 5.000 años atrás) hasta objetos realizados a fines del siglo XIX.

La América agraria, de civilizaciones precolombinas monumentales o de sencillas familias que recorrían el litoral en sus canoas de corteza, asombró al europeo del siglo XVI e inspiró a científicos y viajeros hasta el día de hoy. Esa otra América resguarda saberes tecnológicos milenarios y promueve estilos de vida que invaden mutuamente lo sagrado y lo profano, lo público y privado, lo terrenal y lo supernatural. Para la mayoría, el mundo ceremonial no se restringía a lo religioso, a la relación de la gente con sus dioses, sino extendía su densidad simbólica hacia lo social, a las relaciones que vinculan a las personas socialmente por parentesco, interculturalidad o liderazgo político.

Los actos humanos eran venerados por su simple existencia, un principio que recorre cada una de los objetos de esta colección.

Inscripción a visitas guiadas grupales: apedemonte@uc.cl o al 223546598