Martes 25 de abril a las 19:30 hrs.
Templo Mayor de Campus Oriente UC, Av. Jaime Guzmán 3300, Providencia
Miércoles 26 de abril a las 19:30 hrs.
Iglesia de la Veracruz, José Victorino Lastarria 124, Metro Universidad Católica.
Parte I
Max Reger (1873-1916)
O Tod wie bitter bist du
Hugo Distler (1908-1942)
Fürwahr er trug unsere Kraukheit
Parte II
John Rutter (1945)
Réquiem
I. Requiem Aeternam
II. Psalm 130 “Out of the deep”
III. Pie Jesu
IV. Sanctus
V. Agnus Dei
VI. Psalm 23 “The Lord is my shepherd”
VII. Lux Aeterna
Camerata Vocal Universidad de Chile
Sopranos: Claudia Pereira (solista), Hanny Briceño, Denise Torre, Soledad Mayorga.
Contraltos: Ana Navarro, Carolina Acuña, María Fernanda Carter, Moisés Mendoza.
Tenores: Felipe Catalán, Felipe Gutiérrez, Leonardo Pohl, Isaack Verdugo.
Bajos: David Gáez, Ramiro Maturana, Esteban Sepúlveda, Arturo Jiménez.
Pianista acompañante: Pablo Morales
Dirección general: Juan Pablo Villarroel
Notas al programa
Max Reger hace una conexión entre el Barroco (contrapunto) y el postromanticismo hasta incluso sobrepasar los límites de la tonalidad. Del hábito barroco al período postromántico está también su más profunda raíz. A pesar de ello, sus composiciones maduras (Tres motetes, opus 110) son la quintaesencia dentro del ámbito de su música coral.
El motete O Tod wie bitter bist du, dedicado a la hija menor de Felix Mendelssohn, de cinco a ocho voces, fue compuesto en pocas horas el 23 de julio de 1912. El texto bíblico fue escogido del Eclesiastés, extracto que ya había sido elegido por Johannes Brahms: su descripción dialéctica de la experiencia de la muerte y el bálsamo del consuelo, entre el duelo y la redención, es la sumatoria de su retórica musical. Más allá del temor y la súplica se encuentran amplias frases lentas de una indecible conexión armónica de dolor y dulzura.
Hugo Distler fue un hombre profundamente religioso se encontró con fuego cruzado durante la Segunda Guerra Mundial: tenía veinticinco años cuando asumió Hitler, llevado por su devoción, demasiado progresista para el tradicionalismo alemán de esos días, su música no fue muy bien vista por el nazismo. Fue etiquetada como un arte degenerado, por lo que estuvo bajo amenaza constante. Esto le fue generando una depresión que terminó en suicidio en noviembre de 1942, cuando apenas tenía treinta y cuatro años. Su estilo se define por el movimiento del canto antiguo, especialmente influenciado por el compositor barroco Heinrich Schütz. De hecho, esta obra proviene de su homónimo Geisliche Chormusik, compuesto por Schütz, de quien heredó igualmente su escritura en estilo antiguo.
Fürwahr er trug unsere Kraukheit fue compuesta durante los años 30. Pone el pasaje del Mesías (Surely) imitando claramente el estilo de Schütz (quintas justas y acordes cerrados). El coral que cierra la obra marca un impresionante cambio del peso de la tumba a un optimismo cristiano.
El Réquiem de John Rutter es considerado el mayor aporte a la música coral del compositor. Escrito en 1985 y estrenada el 13 de octubre de ese mismo año, el compositor asegura que no tiene una relación musical con el Réquiem de Fauré, pero que, sin embargo, “en el Réquiem de Fauré está todo lo que quiero decir”. Es una composición llena de optimismo y de claridad, a través de una armonía neoclásica llena de colores y sorpresas. A través de la instrumentación logra una liviandad que lleva de un tema a otro con una naturalidad extraordinaria y utiliza una soprano solista en el “Pie Jesu” y en el “Lux Aeterna”.
Juan Pablo Villarroel