- Un recorrido por el universo de sus obras, un legado que inspiró a muchos personajes que llevaron a cabo las mismas hazañas que leían en sus novelas.
- La muestra va acompañada de un programa de actividades paralelas para todos los públicos: adultos, jóvenes, niños y familias.
La curiosidad y el ansia de conocimiento y de aprendizaje de Julio Verne por su entorno llegaron a convertirlo en uno de los autores más prolíficos, populares e influyentes de la literatura universal con casi cien obras publicadas. En ellas, creó un imaginario de gran verosimilitud, gracias a su interés por la ciencia y a su avidez por documentar todo lo que narraba en sus obras.
Desde el 13 de abril hasta el 15 de julio, en Espacio Fundación Telefónica se podrá disfrutar de la exposición “Julio Verne. Los límites de la imaginación”, una muestra que ya ha sido visitada por más de 260 mil personas en los países donde ha estado presente. Obra que parte del imaginario del visionario escritor para reflejar el espíritu de su época, caracterizado por los cambios vertiginosos y la fe en el progreso, y recuperar una serie de personajes, muchos olvidados, que hicieron realidad lo que el autor aventuró en sus novelas.
Nacido en Nantes (1928), Julio Verne fue uno de los autores más populares e influyentes de la literatura universal, imaginando un sinfín de mundos fantásticos sin moverse de su propio gabinete de trabajo, por esta razón, se lo sitúa en el origen de la curiosidad, la aventura y el descubrimiento. Sus novelas, perfectamente documentadas, cartografiaron el mundo conocido y abrieron las puertas de otros mundos fantásticos o intuidos.
El recorrido de la exposición inicia por las rutas descritas por Verne en sus novelas. Así, el visitante descubrirá cómo el escritor dedicó gran parte de su obra a los “trotamundos”, quienes destacan por su afición a los viajes y protagonizan las aventuras narradas en sus libros.
Además, conocerá cómo Julio Verne logró retratar a su época y cartografiar el mundo con tal precisión que inspiró a muchos a excursionar y a descubrir. Su fijación con el mar, la luna y el dominio del cielo se presentan en la muestra para llevar a la comprensión de referencias icónicas que existen en la cultura popular y hacen que el legado de este escritor perdure.
Curaduría y diseño
“Julio Verne. Los límites de la imaginación” cuenta con la curaduría de la española María Santoyo, autora de “Nikola” Tesla, junto a Miguel Ángel Delgado. El diseño expositivo de la obra, en tanto, es de Fernando Muñoz Gómez. La muestra propone una revisión del autor por medio de un fascinante viaje en su ficción, acompañado de sus personajes. Un evocador y original repaso de una de las grandes figuras de la literatura universal.
Dentro de #VenAVerne
Para conocer la vida y obra de Julio Verne, la exhibición se divide en distintas secciones que convierten al visitante en un explorador.
Te invitamos a conocer un poco más sobre ellas:
El lugar de creación de Julio Verne. En su gabinete, el autor encontró la inspiración para crear ochenta obras, cientos de personajes y aventuras que suceden, prácticamente, en todo el mundo.
En este sitio y con una gran biblioteca, Verne cubrió todas las áreas de estudio: geografía, física, química, mecánica, biología, zoología, geología, antropología, tecnología, entre otras, para divulgar todo el saber de su época.
- La tierra conocida y desconocida
Si un objetivo tienen las obras de Julio Verne es descubrir la Tierra junto a sus lectores, lo que se ve en “Los Viajes extraordinarios” y se refuerza con el subtítulo de “Los mundos conocidos y desconocidos”.
Por este motivo, Verne estaba al día de todas las grandes exploraciones de su época, un periodo en el que el imperialismo y el afán de saber conducían a lugares tan desconocidos como el África interior.
Julio Verne nació en un apartamento con vistas al puerto de Nantes, a balleneros, barcazas y buques mercantes que llegaban desde distintos lugares. Este elemento alimentó su imaginación y despertó su interés por la naútica, elemento recurrente en sus obras.
En 1867, Verne viajó a Estados Unidos a bordo del Great Eastern, el transatlántico más grande del momento, que le sirvió de inspiración de las obras “Una ciudad flotante” y “La isla de hélice”. El autor también transmitió su pasión por el mar en novelas de aventuras memorables, como “Los hijos del capitán Grant”, pero fue en “Veinte mil leguas de viaje submarino” donde declaró su amor por el mar gracias a su alter ego, el capitán Nemo.
En un tiempo en el que los polos eran la última frontera, las historias de las expediciones, muchas veces heroicas y otras trágicas, encendían la imaginación de los lectores. Julio Verne no fue ajeno al interés por aquellas tierras blancas y envió a sus personajes a visitarlas varias veces, como se puede leer en los dos volúmenes del capitán Hatteras o en “Veinte mil leguas de viaje submarino”.
Además, en sus narraciones, es sorprendente descubrir hasta qué punto algunas de sus invenciones anticiparon lo que ocurriría décadas más tarde en estas expediciones polares.
Julio Verne vivió los intentos del hombre por conquistar el cielo. En estos días, los globos aerostáticos iban recogiendo logros, frente a una legión de pioneros que intentaban volar con máquinas más pesadas que el aire.
Aunque el escritor había dado un canto a las posibilidades de los aerostatos con “Cinco semanas en globo”, se desencantó de estos artefactos tomando parte de la polémica de qué máquina llevaría al hombre a los cielos.
El viaje a la Luna, presente en la literatura universal desde el siglo IV a. C., fue un motivo recurrente en la cultura popular del siglo XIX. En 1835, uno de los autores predilectos de Verne, Edgar Allan Poe, propuso viajar hasta allí en globo en su novela Hans Pfaall. Ese mismo año, la falsa noticia del descubrimiento de vida lunar conmocionó al público, que pudo soñar con la posibilidad de alcanzar el satélite gracias a la verosimilitud de dos novelas escritas por Verne: “De la Tierra a la Luna” (1865) y “Alrededor de la Luna” (1870).
Esta sección está centrada en la novela La vuelta al mundo en ochenta días y otras novelas menos conocidas de Verne que también tienen como protagonistas a trotamundos como cómicos ambulantes o artistas de circo.
Esta exposición busca despertar las ideas en sus visitantes, los lleva a reflexionar sobre las fronteras, existentes o no, de la fantasía y es una prueba de que la creatividad nace de la observación y la lectura.
13 piezas del Museo Marítimo Naval y 6 libros de la Biblioteca Nacional serán exhibidas en esta exposición, donde personas de todas las edades podrán disfrutar del imaginario del escritor francés, a través de su micrositio, mapping, realidad aumentada y videojuegos.
Recuerda ¡#VenAVerne!