La belleza de lo cotidiano
Fotografía
El beso del Hotel de Ville, de 1950, es una de las fotografías más populares de la historia y un ícono por excelencia de la ciudad de París. Aunque ha sido motivo de investigaciones y polémicas, y hasta hoy se discute la manera en que fue captada, es sin duda un símbolo de la posguerra europea.
Esta famosa imagen en blanco y negro integra la gran exposición de Robert Doisneau (1912-1994), uno de los más reconocidos fotógrafos del siglo XX, que la Corporación Cultural de Las Condes trae a Chile, con la gestión de Verónica Besnier y el apoyo del Instituto Francés de Chile y la Cámara Franco Chilena.
En el marco de la exposición se exhibirá el martes 5 de noviembre, a las 19:00 horas, el documental Robert Doisneau, le révolté du merveilleux, realizado por su nieta Clémentine Deroudille en 2016. La cinta de 77 minutos contextualiza la magnitud de la figura de Doisneau en el mundo de la fotografía y presenta facetas desconocidas de su vida y su obra.
La muestra ROBERT DOISNEAU. LA BELLEZA DE LO COTIDIANO –que se presenta en el Centro Cultural Las Condes- reúne en un mismo espacio varias de las obras más emblemáticas del artista, uno de los fotógrafos urbanos con mayor sensibilidad para captar la belleza efímera de lo cotidiano, y otras muy poco vistas que descubrirán una faceta inesperada y desconocida.
El conjunto de más de cien fotografías realizadas entre 1929 y 1973, ha sido preparado especialmente por su hija Francine Deroudille, con los fondos de la colección Atelier Robert Doisneau, y contempla dos series, La belleza de lo cotidiano y Palm Springs, que demuestran su versatilidad y ayudan a conocer mejor la obra de una de las figuras cumbre de la fotografía francesa, quien se empeñaba en mostrar la vida no como es, sino como a él le hubiera gustado que fuera.
La primera parte de la exposición, La belleza de lo cotidiano comprende 80 fotografías en blanco y negro, gran parte de ellas originales de la época e incluso copiadas por el propio autor. Se exhiben las emblemáticas El beso del Hotel de Ville, Mademoiselle Anita, El ingeniero en un gasómetro, La familia del lavandero o Los panes de Picasso y otras hasta hoy nunca vistas por el público o muy poco difundidas.
Son imágenes esenciales que resumen su obra fotográfica, como los retratos de la periferia gris, las fábricas, algunos niños solitarios o rebeldes, la guerra en el flanco de la Resistencia, el trabajo o las fiestas de un pequeño pueblo parisino, las escapadas a la campiña francesa, el reencuentro fugaz entre artistas, la gente del espectáculo, el mundo de la moda…
Aunque cada imagen se inscribe en una realidad tangible, la selección muestra un mundo que ya nada tiene que ver con lo real. “El que compartimos con él y el misterio que dibujaba era infinitamente más interesante. Todos los personajes que aparecen en las fotografías, algunos de los cuales conocíamos bien, se perdieron en su poética particular hasta llegar a un mundo totalmente imaginario”, expresa Francine.
En este conjunto resaltan dos fotomontajes de gran formato, en los que se percibe con fuerza y claridad la inclinación del fotógrafo por captar la intimidad cotidiana de las personas: El puente de las Artes y La casa de los inquilinos.
A su vez, Palm Springs es una sorprendente e irónica producción realizada en 1960, que incorpora el color y un lenguaje cercano al pop, y que fue recuperada por la familia Doisneau recién hace una década. Se trata de un reportaje, solicitado por la revista Fortune, a la construcción de campos de golf en Palm Springs, refugio de jubilados americanos adinerados en el desierto de Colorado, que sirvió al autor para inmortalizar de forma divertida un “planeta artificial repintado de suaves colores”. Una mirada satírica a la sociedad del lujo.
El fotógrafo
Nacido en 1912 en Gentilly, cerca de París, ROBERT DOISNEAU se formó inicialmente como litógrafo y grabador. Su carrera como fotógrafo comienza a principios de los años 30 de la mano del artista André Vigneau, a quien asistía en su taller de pintura, escultura y fotografía.
Desde 1934 hasta 1939 trabajó como fotógrafo profesional para la empresa Renault en Billancourt. En 1939 toma la decisión de tomar sus imágenes de manera independiente y dedicarse al fotoperiodismo incorporándose a Rapho. Fue el año que estalló la Segunda Guerra Mundial, por lo que tuvo que abandonar su sueño y alistarse en el ejército francés. Estuvo allí hasta el final de la guerra, colaborando en el bando de la Resistencia.
Su primer libro, un proyecto conjunto con Blaise Cendrars, La Banlieu de Paris (Las afueras de París), se publicó en 1949, al mismo tiempo que iniciaba su trabajo como “freelance” para la revista Vogue. El éxito fue inmediato, sus fotos se hicieron famosas en todo el mundo y Doisneau se convirtió, quizás sin ni siquiera desearlo, en el “retratista” de una ciudad, París, y de un mundo, en parte real y en parte inventado por él, en el que sería hermoso vivir.
Hasta 1994, año de su fallecimiento, vivió con su cámara Rolleiflex como constante compañera, lleno de curiosidad hacia este pequeño teatro en el que desempeñaba el papel de actor.
Como señala su hija Francine, “fotografiaba el mundo tal y como hubiera deseado que fuera. Era un narrador. Su proceder artístico, de vocación más instintiva que intelectual, daba voluntariamente la espalda a toda sofisticación formal y dejaba intervenir al azar como actor de pleno derecho”.
8 de octubre al 8 de diciembre de 2019
Martes a domingo, 10:30 a 19:00 horas.