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Concierto de Semana Santa UC
marzo 26, 2018 @ 19:30 - 21:00
Cantatas de Bach protagonizan el Concierto de Semana Santa del Instituto de Música UC
El evento será este lunes 26 de marzo a las 19:30 horas en el Salón Fresno del Centro de Extensión UC. Bajo la dirección de Julio Doggenweiler se interpretarán cantatas de Bach que en su origen, por ser funcionales al rito, no eran consideradas obras de arte.
“Durante el siglo XVIII, la mayor parte de la música que hoy consideramos ‘arte’ no era pensada como más que un trabajo de oficio para algunos pocos usos específicos, sin la expectativa siquiera de algún día volver a ser escuchada”, cuenta el musicólogo del Instituto de Música UC (IMUC), José Manuel Izquierdo, en el programa del Concierto de Semana Santa UC 2018.
De acuerdo al académico UC, un gran ejemplo de esto serían las cantatas de Johann Sebastian Bach (1685-1750), las cuales eran interpretadas en directa relación a los músicos y rituales disponibles en las cortes e iglesias donde Bach trabajó. “Pese a ello —continúa Izquierdo— la posteridad ha reconocido que muchas de las cantatas de Bach son fiel reflejo de una búsqueda personal, en la que la espiritualidad y los valores cristianos no son una simple fórmula, sino una realidad tangible”.
La Cantata BWV 182, “Rey del cielo, bienvenido seas” para domingo de ramos (Himmelskönig sei willkommen) y la Cantata BWV 198, Oda fúnebre (Lass Fürstin, lass noch einen Strahl), son las piezas que el lunes 26 de marzo a las 19:30 horas en el Salón Fresno del Centro de Extensión UC, serán interpretadas bajo la conducción de Julio Doggenweiler.
Escrita en 1714 para la capilla del castillo de Weimar, la cantata BWV 182, “Rey del Cielo, bienvenido seas”, sirvió a dos celebraciones: Domingo de Ramos y la fiesta de la Anunciación; mientras que la Oda Fúnebre BWV 198, que inicia con “Dirige, princesa, una mirada”, fue compuesta para la muerte de Christiane Eberhardine, fiel defensora del luteranismo y esposa de August II, Elector de Sajonia, y fue interpretada por primera vez en 1727.
Johann Sebastian Bach (1685-1750):
I
Cantata BWV 182 Himmelskönig sei willkommen (Rey del cielo, bienvenido seas), (para domingo de ramos)
1. Sonata (Concerto: grave, adagio)
2. Coro: Himmelskönig sei willkommen (Rey del cielo, bienvenido seas).
3. Recitativo (bajo): Siehe, ich komme, im Buch ist von mir geschrieben (Mírame, aquí estoy, en el libro está escrito de mí)
4. Aria (bajo): Starkes Lieben, das dich, grosser Gottessohn (Oh gran amor, el que a ti, excelso Hijo de Dios)
5. Aria (contralto): Leget euch dem Heiland unter (Postraos ante el Redentor)
6. Aria (tenor): Jesu, lass durch Wohl und Weh (Jesús, permite que en la fortuna y el dolor vaya contigo)
7. Coro: Jesu, deine Passion (Tu pasión, oh Jesús)
8. Coro: So lasset uns gehen in Salem der Freuden (Vayamos, pues, a la Jerusalén del gozo)
II
Cantata BWV 198 Lass Fürstin, lass noch einen Strahl (Oda fúnebre).
Primera parte
1. Coro: Lass, Fürstin, lass noch einen Strahl (Dirige, princesa, una mirada)
2. Recitativo (soprano): Dein Sachsen, dein bestürztes Meissen, (Tu Sajonia y tu consternada Meisen)
3. Aria (soprano): Verstummt, verstummt, ihr holden Saiten (Callad, callad, bellas cuerdas)
4. Recitativo (contralto): Der Glocken bebendes Getön (De las campanas el trémulo tañido)
5. Aria (contralto): Wie starb die Heldin so vergnügt (Cómo ha muerto serena la heroína)
6. Recitativo (tenor): Ihr Leben liess die Kunst zu sterben (Su vida nos mostró el arte de morir)
7. Coro: An dir, Fürbild grosser Frauen (En ti, modelo de grandes mujeres)
Segunda parte
8. Aria (tenor): Der Ewigkeit, saphirnes Haus (De la morada de zafiro de la eternidad)
9. Recitativo, arioso y recitativo (bajo): Was Wunder ists? Du bist es wert (¿Y qué maravilla es? ¡Tú lo mereces!)
10. Coro: Doch Königin! Du stirbest nicht (Pero tú no has muerto, reina)
Intérpretes
Solistas vocales:
Carolina García, soprano
Claudia Godoy, contralto
Felipe Gutierrez, tenor
Patricio Sabaté, bajo
Coro de Cámara UC. Director: Mauricio Cortés
Sopranos: Petra Albütz, Irene Alvarado, Jenny Alvarado, Laura Brown, Andrea Cayumil, Vanessa Devia, Constanza Escobar, Stefany Franco, Mariana González, Catalina Madriaga, Marta Montes, Annia Paredes, Pilar Pérez, Karen Silva, Claudia Trujillo*.
Contraltos: Paulina Galleguillos, Javiera Lara, Marco Marchant, Víctor Muñoz, Macarena Paredes, Marjorie Ramírez, Gloria Rojas, Macarena Sanz, Ximena Sepúlveda, Carmen Thielemann.
Tenores: Víctor Andrade, César Arenas, Martín Aurra*, Manuel Cubillos, Xavier Mancero, Alejandro Musa, Gonzalo Quinchahual, Felipe Ramos**, David Vilches.
Bajos: Christian Castro, Miguel Hervé, Andrés Gigoux, Marco Montenegro*, Pablo Santa Cruz, Rodrigo Vera.
*Jefes de Cuerda
**Director Asistente
Estudio MusicAntigua UC y músicos invitados. Director: Sergio Candia
Sergio Candia, flauta dulce y dirección
Elke Zeiner, flauta dulce
Juan Fundas y Diego Villela, oboe d’amore
Gonzalo Beltrán, Karla Bocaz y Rodrigo Aros violines I
Hernán Muñoz, Natalia Cantillano, y Rubén Pino, violines II
Carlos Brito y Natalia Carrillo, violas
Gina Allende y Florencia Bardavid, viola da gamba
Sebastián Mercado y Gabriela Olivares, chelo
Santiago Espinoza, contrabajo
Eduardo Figueroa, laúd
Camilo Brandi, clavecín
Alejandro Reyes, órgano
Dirección general: Julio Doggenweiler
Notas al programa:
Durante el siglo XVIII, la mayor parte de la música que hoy consideramos ‘arte’ no era pensada como más que un trabajo de oficio para algunos pocos usos específicos, sin la expectativa siquiera de algún día volver a ser escuchada. Entre las obras de Bach, ningún tipo de composición refleja esto de mejor manera que sus cantatas. Estas fueron valoradas por empleadores y colegas y rara vez salieron de un área de más que unas millas a la redonda, ya que su uso estaba directamente relacionado con los músicos y rituales disponibles en las cortes e iglesias donde Bach trabajó. Pese a ello, la posteridad ha reconocido que muchas de las cantatas de Bach son fiel reflejo de una búsqueda personal, en la que la espiritualidad y los valores cristianos no son una simple fórmula, sino una realidad tangible.
La cantata BWV 182, “Rey del Cielo, bienvenido seas”, es un excelente ejemplo de lo anterior. Fue escrita para la capilla del castillo de Weimar, un espacio religioso y cortesano, para el festejo de una doble fiesta, pues el 25 de marzo de 1714 fue al mismo tiempo Domingo de Ramos y fiesta de la Anunciación; ambas se ven directamente reflejadas en el texto. Bach inicia con una obertura “a la francesa”, como era habitual en esta corte: debía dejar tiempo para la llegada -lenta y solemne- del Rey. Luego, el coro hace un doble anuncio: “Rey del Cielo, bienvenido seas”, serviría tanto para el monarca como Cristo. Esto tiene mucho sentido: Bach, aunque llevaba tiempo en la corte, había recién ascendido a Konzertmeister, y es muy probable que quisiera congraciarse como compositor oficial.
No obstante, el resto del espíritu de la obra nos lleva directamente al plano religioso, por ejemplo, la voz de bajo (siempre asociada a Cristo) nos recuerda que “Yo soy el que vengo”, dejando el mundo profano atrás. Bach se luce con cada una de las tres arias siguientes, utilizando tanto sus conocimientos de música religiosa antigua como de nuevos estilos de moda (la ópera italiana y las danzas francesas). La primera aria representa la fe humana en Cristo, la segunda (un dueto de flauta y alto) habla de la pureza que debemos tener al encontrarnos con Cristo, y la tercera nos recuerda que el Señor sufrió por nosotros. Las tres arias son seguidas por un elaborado coral y un coro final, un cierre con forma de danza, recalcando la alegría que embarga el sacrificio de Jesús.
Una procesión también inicia la cantata secular BWV 138, “Dirige, princesa, una mirada”, compuesta para la muerte de Christiane Eberhardine, esposa de August II, Elector de Sajonia, y fiel defensora del luteranismo. Interpretada por primera vez el 17 de octubre de 1727 en el templo de la Universidad de Leipzig, la obra fue escrita para un elaborado ceremonial estatal y no para una misa, lo que queda reflejado en el texto evidentemente secular. La obertura acompañaba la entrada de las personalidades a la iglesia, que tras sentarse recibieron (al igual que el público) una copia del texto completo de la cantata, la que fue interpretada con comentarios intercalados por un estudiante, Hans von Kirchbach.
La obra fue celebrada por el cronista de la ciudad, quien señaló que “Bach mismo tocó el clavecín”, aunque había muchos otros instrumentos agregados. El tono fúnebre se observa, por ejemplo, en la combinación de instrumentos del inicio de la obra, en particular las dos violas da gamba y laúd, instrumentos considerados “serios” en este periodo. La música es a tiempos lírica, pero también descriptiva: un ejemplo de esto se encuentra en el modo en que Bach refleja el sonido de las campanas fúnebres en el segundo recitativo. No obstante, Bach también incorpora, mediante citas instrumentales de sus cantatas, importantes mensajes religiosos, especialmente en relación a la esperanza de la vida después de la muerte (nótese, en este sentido, el espíritu feliz que cubre varias de las arias de la obra). Bach, de hecho, reutilizaría esta música en su perdida Pasión según San Marcos.
José Manuel Izquierdo