Martes 1 de agosto a las 19:30 hrs.
Centro Cultural Gabriela Mistral (sala A1), Av. Alameda 227, Santiago / Gratis previo retiro de tickets, desde media hora antes del concierto en Hall A. Cupos limitados.
Programa: https://goo.gl/Lr3teS
Parte I
Toru Takemitsu (1930-1996)
Quatrain II
Xiaoyong Chen (1955)
Evapora
Parte II
Yikeshan Abudashalamu (1985)
Fission
Isang Yun (1917-1995)
Oktett
Ensamble Contemporáneo UC
Karina Fischer, flauta
Dante Burotto, clarinete
Nelson Vinot, fagot
Ricardo Aguilera, corno
Claudio Anaís, trompeta
Luis Alberto Latorre, piano
Davor Miric, violín I,
Gonzalo Beltrán, violín II
Penélope Knuth, viola
Alejandro Tagle, violonchelo
Carlos Arenas, contrabajo
Dirección: Aliocha Solovera
Notas al programa
Sin duda, el interés de Occidente por el Lejano Oriente ha ido incrementando a partir de la apertura económica y cultural de China de las últimas décadas. Si bien la música occidental es llevada a China, Japón y Corea por los jesuitas entre los siglos XVI y XVII, no fue sino hasta el siglo XX que la práctica de esta música se masificó.
Japón fue el país líder en este proceso. El año 1907 se funda el Conservatorio de Tokio y, en 1926, la primera orquesta sinfónica profesional. Destacan compositores seguidores del Romanticismo europeo como Kosaku Yamada y Kunihiko Hashimoto.
Toru Takemitsu (1930-1993) es el representante de la música contemporánea japonesa más conocido en Occidente. Desde sus primeras obras se evidencia la influencia de la música francesa, particularmente de Debussy y Messiaen.
Así como resulta evidente la influencia de Debussy en su trío Between Tides, es innegable la influencia de Messiaen en su obra Quatrain II. Tanto así que la obra Quatrain, escrita originalmente para cuarteto y orquesta, fue dedicada a Olivier Messiaen, lo que explica que la conformación del cuarteto coincida con la del Cuarteto para el fin de los tiempos del compositor francés. Quatrain II es una segunda versión de la misma obra pero sin orquesta. Si bien en ella hay una clara influencia de la música de Oliver Messiaen, también se reconoce la influencia de la música de Anton Webern.
El desarrollo de la tradición musical occidental en Corea es bastante similar a la del Japón, donde también hallamos importantes compositores vinculados al Romanticismo europeo, como Eak-Tai Ahn. Isang Yun (1917-1995) es, sin duda, el representante de la música contemporánea coreana más conocido en Occidente. Esto se debe, en parte, al hecho que estuvo radicado en Alemania desde el año 1964. La mayoría de sus obras fueron compuestas en Alemania, donde fue influenciado por las vanguardias de la época. Pese a ello, en su música hay rasgos, aunque sutiles, que lo relacionan con la tradición musical coreana. En su Octeto es posible identificar algunos de estos elementos, relacionados con la forma de usar los glissandos y los ornamentos melódicos.
Entre los tres países aquí representados, China es el país que más tardó en integrarse a la globalización musical del siglo XX. Esto se podría deber a las dificultades económicas que vivió el país a fines del siglo XIX y comienzo del siglo XX, como también a los efectos de la revolución cultural de Mao Zedong.
En esta ocasión se presentan dos compositores vivos, con importante trayectoria. Xiayong Chen (1955), cuya obra Evapora muestra una textura sencilla, con una mayor preocupación por el sonido que la forma y Yikeshan Abudushalamu (1985), joven compositor chino de la etnia Uyghur, cuya obra Fission destaca por la transparencia textural y la austeridad del material musical.