Temporada de Conciertos IMUC 2017: Música de cámara en otoño: La muerte y dos cuartetos póstumos

Martes 30 de mayo a las 19:30 hrs.
Centro Cultural Gabriela Mistral (sala A1), Av. Alameda 227, Santiago

Programa

Parte I

Félix Mendelssohn (1809-1847)
Cuarteto n° 6 en fa menor, op. 80
Allegro vivace assai
Allegro assai
Adagio
Finale: Allegro molto

Parte II

Franz Schubert (1797-1828)
Cuarteto de cuerdas n° 14 en re menor, D. 810 (“La muerte y la doncella”)
Allegro
Andante con moto
Scherzo. Allegro molto. Trío
Presto

Cuarteto académico:
Frida Ansaldi, violín
Gonzalo Beltrán, violín
Oriana Silva, viola
Alejandro Tagle, violonchelo

Notas al programa

El individuo y su forma subjetiva de experimentar la realidad están en el centro del Romanticismo: se vuelca el creador a la percepción de que él es el protagonista de la vida; la humanidad y la gente son entelequias, pues la existencia se reduce a la experiencia vivida por el sujeto. Es a él a quien le ocurre todo. Ante esto, es fácil comprender por qué el sentido trágico de la vida adquiere una connotación especial, donde poco importa lo que le ocurre al mundo si el creador está pasando por un trance tan definitivo como el amor, el dolor o la muerte.

Mendelssohn y Schubert, cada uno en su propia circunstancia, estaban cerca de vivir su deceso y esta cercanía con la muerte les da la posibilidad de crear obras llenas de energía, belleza y resignación, porque sabemos que no hay victoria posible frente a lo inexorable.

El Cuarteto n° 6 en fa menor de Mendelssohn fue creado al poco tiempo de la muerte de su hermana, tanto que a este cuarteto lo llamaban “Réquiem para Fanny”. Félix quedó devastado… el ritmo acelerado de su vida y probablemente esta circunstancia tan desgraciada precipitaron su propio fallecimiento, acaecido solo seis meses después de la muerte de Fanny. Esta obra tiene el vértigo de la muerte; pero es de una belleza que pareciera referir a algo menos doloroso y definitivo.

En el caso de Schubert, sus últimos años fueron cada vez más difíciles y dolorosos ya que las enfermedades que padecía lo atacaban cada vez con mayor fiereza. Tal vez por esto su cuarteto habla del encuentro entre la muerte (en alemán es masculino: Der Tod) y una doncella (el símbolo de la vida), argumento de su lied La muerte y la doncella, tema que aparece en el segundo movimiento del cuarteto, de allí su nombre. La muerte trata de seducirla, procura convencerla que nada le hará, que podrá descansar en sus brazos.

El tresillo aparece como una representación rítmica del galope de la muerte y cruza el cuarteto hasta el final, pregonando el llamado inexorable que todos vamos a escuchar algún día.

Con todo, la estilización de este tema tan crucial nos toca íntimamente, permitiéndonos escuchar el llamado de la muerte que conmovió al hombre del siglo XIX y lo llevó a legarnos estas obras de arte que son un ejemplo de profundidad y belleza.

Alejandro Tagle

Temporada de Conciertos IMUC 2017: Música de cámara en otoño: Al corazón del siglo XIX

Martes 23 de mayo a las 19:30 hrs.
Centro Cultural Gabriela Mistral (sala A1), Av. Alameda 227, Santiago

Programa

Parte I
Johannes Brahms (1833-1897)
Sonata para violín y piano n°1 en sol mayor, op. 78
Vivace ma non troppo
Adagio
Allegro molto moderato

Parte II
Franz Schubert (1797-1828)
Sonata Arpeggione para viola y piano en la menor, D. 821
Allegro moderato
Adagio
Allegretto

Intérpretes:
Oriana Silva, violín y viola
Liza Chung, piano

Notas al programa

J. Brahms: Sonata en sol mayor, op. 78
Luego de haber abordado este género en tres oportunidades anteriores, la Sonata en sol mayor representa la primera para violín y piano que el exigente Brahms llegó a publicar. Su ambiente pastoral refleja un momento de optimismo y tranquilidad del autor, quien la concluye en el verano del año 1879.

En el primer movimiento, escrito en forma sonata, el tema principal es expuesto por el violín en un íntimo messa di voce (a media voz) continuado por el segundo tema de carácter más tranquilo que, a su vez, da paso al tercer tema expuesto por el piano en un tempo más animado. El fluido desarrollo culmina en una coda basada en el tema messa di voce inicial. El adagio se trata de una evocadora canción de cuna interrumpida en su centro por un tema de carácter lúgubre. El allegro molto moderato final es una combinación de las formas sonata y rondó, que la lleva a un discreto, calmo y melancólico final.

Sus tres movimientos se relacionan entre sí temáticamente con una melodía extraída del Regenlied op. 59 (Canción de lluvia) compuesta por Brahms y basada en un poema del escritor Klaus Groth, amigo del compositor. Esta hace referencia a la lluvia y a bellos recuerdos de infancia, otorgándole a la obra un carácter recogido e íntimo.

F. Schubert: Sonata en la menor para arpeggione y piano, D.821
Compuesta por Schubert en el año 1824, momentos en que sufría por el avanzado estado de la enfermedad que lo llevaría a su final cuatro años más tarde. Esta obra es la única composición de importancia escrita para este extinto instrumento creado en Viena en 1823 por Johann Georg Stauffer, que poseía seis cuerdas y era una mezcla de viola da gamba y guitarra. La sonata no fue publicada sino hasta el año 1871, ya transcrita para otros instrumentos. Hoy en día es interpretada tanto en su versión para viola como también en las de violoncello y contrabajo, y se le denomina “Sonata Arpeggione”.

En su allegro moderato inicial, el melancólico tema es expuesto por el piano que luego es continuado por la viola quien, a su vez, enuncia el segundo tema de carácter más vivo. La sección del desarrollo básicamente es la ampliación de la idea expuesta inicialmente, la que retorna en la reexposición de manera tradicional clásica. El adagio escrito en forma de lied, es una romántica “canción sin palabras” acompañada de manera simple por el piano. El movimiento final es un allegretto escrito en forma rondó, de carácter cantábile y folklórico.

Esta sonata es un ejemplo más del genio de Schubert, demostrado en la sobrecogedora belleza de sus melodías.

Oriana Silva

Temporada de Conciertos IMUC 2017: Música de cámara en otoño: Música contemporánea en el sur de América

Jueves 18 de mayo a las 13:00 hrs.
Auditorio del Complejo Andrónico Luksic Abaroa, Campus San Joaquín Pontificia Universidad Católica de Chile, Vicuña Mackenna 4860, Macul

Entrada liberada

Programa

Nicolás Aguad (Viña del Mar, 1990)
“Tres canciones” de la cantata Dulzura sobre textos de Gabriela Mistral

Carlos Guastavino (Santa Fe, 1912-Santa Fe, 2000)
Indianas n. 2

Indianas n. 1

Intérpretes
Eun Seong Hong, piano

Coro de Cámara UC
Sopranos: Petra Albütz, Irene Alvarado, Jenny Alvarado, Pamela Castro, Andrea Cayumil, Stefanny Franco, Mariana González, Josefina Hervé, Bridget McNulty, Catalina Madariaga, Marta Montes, Pilar Pérez, Claudia Trujillo*, Magdalena Wilson
Contraltos: Camila Aguilera, Mathilde Bellenger, Erika Isler, Mariana Karachov*, Javiera Lara, Marco Marchant, Víctor Muñoz, Adriana Parada, Gloria Rojas, Macarena Sanz, Edith Sepúlveda, Ximena Sepúlveda, Carmen Thielemann
Tenores: Martín Aurra*, Manuel Cubillos, Emilio Espinoza, Felipe González, Xavier Mancero, Christian Moscoso, Alejandro Musa, Felipe Ramos
Bajos: Alcides Bravo, Christian Castro, Miguel Hervé, Humberto Marín, Marco Montenegro*, Franco Oportus, Pablo Santa Cruz

*Jefes de cuerda

Director: Mauricio Cortés
Director asistente: Felipe Ramos T.

Temporada de Conciertos IMUC 2017: Música de cámara en otoño: Música contemporánea en el sur de América

Martes 16 de mayo a las 19:30 hrs.
Centro Cultural Gabriela Mistral (sala A1), Av. Alameda 227, Santiago

Programa

Parte I

Carlos Botto (Viña del Mar, 1923-Santiago, 2004)
Enigma

Juan Orrego Salas (Santiago, 1919)
Romance segundo

Sylvia Soublette (Viña del Mar, 1923)
Tres canciones sobre sonetos de amor de Pablo Neruda

Nicolás Aguad (Viña del Mar, 1990)
“Tres canciones” de la cantata Dulzura sobre textos de Gabriela Mistral

Hernán Ramírez (Santiago, 1941)
La palomita

Parte II

Carlos Guastavino (Santa Fe, 1912-Santa Fe, 2000)
Indianas n. 2

Indianas n. 1

Intérpretes

Eun Seong Hong, piano

Coro de Cámara UC
Sopranos: Petra Albütz, Irene Alvarado, Jenny Alvarado, Pamela Castro, Andrea Cayumil, Stefanny Franco, Mariana González, Josefina Hervé, Bridget McNulty, Catalina Madariaga, Marta Montes, Pilar Pérez, Claudia Trujillo*, Magdalena Wilson
Contraltos: Camila Aguilera, Mathilde Bellenger, Erika Isler, Mariana Karachov*, Javiera Lara, Marco Marchant, Víctor Muñoz, Adriana Parada, Gloria Rojas, Macarena Sanz, Edith Sepúlveda, Ximena Sepúlveda, Carmen Thielemann
Tenores: Martín Aurra*, Manuel Cubillos, Emilio Espinoza, Felipe González, Xavier Mancero, Christian Moscoso, Alejandro Musa, Felipe Ramos
Bajos: Alcides Bravo, Christian Castro, Miguel Hervé, Humberto Marín, Marco Montenegro*, Franco Oportus, Pablo Santa Cruz

*Jefes de cuerda

Director: Mauricio Cortés
Director asistente: Felipe Ramos T.

Notas al programa

El presente programa presenta música docta de los dos países que se sitúan más al sur de nuestro continente: Argentina y Chile. Son compositores y obras representativas que nos muestran la importante influencia de elementos de la música popular y vernácula en el quehacer de la música académica, sin perder por ello el estatus de música bien hecha.

Las dos primeras obras del programa son chilenas y de compositores activos en el siglo XX. Enigma de Carlos Botto muestra expresiva pureza de líneas y alternancia de texturas polifónicas y homofónicas con una armonía de tipo romántica; mientras que el Romance segundo de Juan Orrego Salas hace referencia a modelos del Siglo de Oro español abriéndose al libre procedimiento de la vanguardia. Aun así, respeta la escritura polifónica y lenguaje tonal.

En este mismo sentido las Tres canciones de Sylvia Soublette son un excelente ejemplo de cómo puede ponerse en elevado valor estético poesía de alta factura (algo así como los madrigales en el Renacimiento) sin pasar a llevar las células rítmicas y melódicas que inspiraron la composición en el primer momento. Las primeras dos canciones tienen carácter marcadamente melancólico y la tercera es una redención del amor, en ritmo de tonada. De igual manera las “Tres canciones” de Nicolás Aguad, joven compositor nacional, formado en la Universidad de Chile, que forman parte de la cantata Dulzura, ponen en relieve música nueva chilena y textos de factura nacional en un contexto coral, dando como resultado un brillante tríptico. Similar en algunos aspectos a la obra de Aguad, La palomita de Hernán Ramírez contiene elementos tradicionales de la cueca como el ritmo y las terceras paralelas a dúos. El lenguaje de la obra es tonal y vigoroso en la motricidad rítmica.

La segunda parte del concierto está dedicada a Carlos Guastavino, compositor argentino y santafesino. Sus dos ciclos de Indianas representan una síntesis compositiva muy especial dentro del panorama musical latinoamericano y de lo que hemos querido plantear en este programa: es imposible decidir si se trata de música “popular” o música “académica”. Tanto su estructura, su armonía, su delicadeza rítmica, su compleja escritura pianística como las finas poesías seleccionadas, nos demuestran que se trata de un compositor académico y de gran formación. Sin embargo, la sencillez expresiva, la lírica de sus melodías, las insinuaciones formales y rítmicas impregnan todos los sonidos de un perfume que únicamente se puede respirar en la tierra donde se escribió la música: Latinoamérica.

Felipe Ramos T.

Temporada de Conciertos IMUC 2017: Música de cámara en otoño: En la aurora de la paz

Jueves 11 de mayo a las 13:00 hrs.
Auditorio del Complejo Andrónico Luksic Abaroa, Campus San Joaquín, Vicuña Mackenna 4860, Macul

Entrada liberada

Programa

Antonio María Valencia (1902-1952)
Motete O vos omnes

Misa de Réquiem
Introitus
Kyrie
Graduale
Sequentia
Sanctus – Benedictus
Agnus Dei
Absolutio

Ensamble Íkaros

Sopranos: Daniela Matamala, Paulina Navarro, Virginia Barrios y Carolina Matus.
Altos: Víctor Muñoz, Elena Pérez, Rocío Rojas, Javiera Lara.
Tenores: Martín Aurra, Diego Arellano, César Sepúlveda, Igor Hernández y Gonzalo Quinchahual.
Bajos: Aníbal Fernández, Leonardo Aguilar, Marco Montenegro y Arturo Espinosa.

Dirección: Paula Andres Torres

Temporada de Conciertos IMUC 2017: Música de cámara en otoño: En la aurora de la paz

Martes 9 de mayo a las 19:30 hrs.
Salón de Honor, Casa Central UC, Avda. Libertador Bernardo O’Higgins 390.

Programa

Antonio María Valencia (1902-1952)
Motete O vos omnes

Misa de Réquiem
Introitus
Kyrie
Graduale
Tractus
Sequentia
Offertorium
Sanctus – Benedictus
Agnus Dei
Communio
Absolutio

Ensamble Íkaros

Sopranos: Daniela Matamala, Paulina Navarro, Virginia Barrios y Carolina Matus.
Altos: Víctor Muñoz, Elena Pérez, Rocío Rojas y Javiera Lara.
Tenores: Martín Aurra, Diego Arellano, César Sepúlveda, Igor Hernández y Gonzalo Quinchahual.
Bajos: Aníbal Fernández, Leonardo Aguilar, Marco Montenegro y Arturo Espinoza.

Dirección: Paula Andres Torres

Notas al programa
Sostenía Antonio María Valencia que la mayor aspiración de un hombre debería ser la de sobresalir un poco del nivel de sus pares. Este pianista virtuoso, nacido en Cali en 1902, esperó la gloria desde el día en que emigró en 1923 al encuentro de una amplia formación a manos de una lujosa nómina de profesores en la Schola Cantorum en París, quienes ampliaron su educación y potenciaron su enorme talento. La escuela, fundada en 1896, se concibió bajo ideales como el retorno a la tradición gregoriana, la restitución de la música en tiempos de Palestrina, entre otros, que resumen una misión específica y concreta para la enseñanza y difusión de la música sacra. Fue dirigida desde el año 1900 por Vincent d’Indy quien aplicó transformaciones radicales a los ideales de la institución para que respondiera a las “necesidades modernas”.

D’Indy es, quizás, la única figura de la música francesa que podría inscribirse en las filas de un nacionalismo al uso eslavo o hispánico. Fue el maestro de composición de Valencia y ejerció en él una gran influencia gracias a su atractivo carisma y una formación común religiosa y moral forjada en los dogmas de un acendrado catolicismo. Valencia regresó a Colombia en los años 30 rechazando la oportunidad de una exitosa carrera de intérprete internacional y se dio enteramente a la noble tarea cultural de la pedagogía que lo perfiló como precursor de la institucionalización de la enseñanza musical de su país.

Pero la hostilidad fue su anfitriona. Una sociedad apática, combinada con la envidia de músicos nacionales minaron su espíritu. Valencia, dueño de inagotable talento, carácter débil y adicto a la morfina, fue blanco de burlas e insultos que buscaban su desprestigio público debido a su condición de homosexual. Ensimismado y solitario, pero en ejercicio de la enseñanza, lo sorprendió la muerte un 22 de julio de 1952. Dejó una inmensa y variada obra con fuertes rasgos de nacionalismo y sólida técnica composicional de escuelas europeas como el Impresionismo. Su catálogo comprende creaciones para piano, música de cámara, música vocal, coral y sinfónica. Entre las más importantes está la Misa de Réquiem (1943), escrita para las exequias del insigne poeta coterráneo Guillermo León Valencia y que no sólo constituye una despedida a su amigo, sino a su intensa labor creadora.

A sesenta y cinco años de su muerte y correspondiendo a la expectativa generada en la sociedad colombiana por el momento histórico que representa el ocaso de una guerra mantenida por más de cincuenta años, va este homenaje a un colonizador de la cultura y una de las figuras más emprendedoras de la actividad musical en la primera mitad del siglo XX. Con la esperanza de que esta ofrenda conozca una Colombia distinta y las nuevas generaciones, forjadas en los ideales de la ‘reparación’, tengan una sensibilidad diferente a quienes vivimos el conflicto, para poder apreciar en su justa magnitud la valiosa herencia que dejó en su inventiva.

Paula Torres

Temporada de Conciertos IMUC 2017: Música de cámara en otoño: Beethoven de cámara

Jueves 4 de mayo a las 13:00 hrs.
Auditorio del Complejo Andrónico Luksic Abaroa, Campus San Joaquín Pontificia Universidad Católica de Chile, Vicuña Mackenna 4860, Macul, Metro San Joaquín.

PROGRAMA

Programa


Ludwig van Beethoven (1770-1827)
Trío nº 5 para violín, violonchelo y piano en re mayor, op. 70 nº1 (“de los espíritus”)
Allegro vivace e con brio
Largo assai ed espressivo
Presto

Intérpretes:
Gonzalo Beltrán, violín
Fernanda Guerra, violonchelo
Pablo Terraza, piano

Temporada de Conciertos IMUC 2017: Música de cámara en otoño: Beethoven de cámara

PROGRAMA

Ludwig van Beethoven (1770-1827)
Sonata nº4 para violín y piano en la menor, op. 23
Presto
Andante scherzoso, più allegretto
Allegro molto

Trío nº 5 para violín, violonchelo y piano en re mayor, op. 70 nº1 (“de los espíritus”)
Allegro vivace e con brio
Largo assai ed espressivo
Presto

Intérpretes:
Gonzalo Beltrán, violín
Fernanda Guerra, violonchelo
Pablo Terraza, piano

Notas al programa

La cuarta sonata para violín y piano de Beethoven originalmente fue publicada en 1801 junto a la quinta, llamada “Primavera”, con el mismo número de opus.

La publicación en conjunto tenía la intención de ofrecer dos obras que fueran contrastantes en carácter. Debido a un error en la reimpresión del año siguiente, y para ahorrar recursos, las obras tuvieron que republicarse con números de opus distintos (así, la sonata “Primavera” quedó con el opus 24).

El “Presto” de la apertura permanece en el modo menor, salvo por la concisa sección en fa mayor en el desarrollo. Todo comienza con un tema sombrío y determinado, que contrasta con una pequeña melodía ascendente. Ambos temas sugieren un ritmo parecido a la tarantela, que casi no cede a lo largo del movimiento. La condensada reexposición se desenvuelve rápidamente.

El segundo movimiento combina scherzo y movimiento lento. El tema inicial se mueve a través de mitades simétricas antes de atreverse a una delicada variación de fugato sobre sí mismo. Un segundo tema finalmente aparece, con un motivo que incluye un trino característico, primero en el piano y luego en el violín.

En el rondó final Beethoven incorpora un agitado tema en modo menor e intercala sus reapariciones con episodios en modo mayor. En el primero de estos episodios Beethoven desincroniza al piano y al violín: un procedimiento que logrará un efecto más cómico en la sonata “Primavera”. Este movimiento concluye con un gesto pianissimo y sombrío, al igual que el primero.

Los tríos que componen el opus 70 de Beethoven fueron escritos en 1808, durante la estadía del compositor en la casa de la condesa Marie von Erdödy. Como muestra de gratitud por la hospitalidad de la condesa, el compositor le dedicó ambas obras.

Es debido al extraño y misterioso sonido del movimiento lento que este trío fue bautizado como «de los espíritus». Sin embargo, los otros dos movimientos carecen de esta atmósfera espectral, brillando llenos de vitalidad: desde la turbulenta ofuscación métrica que abre el primer movimiento, pasando por las balanzas que subrayan el segundo tema del mismo movimiento, hasta el “Presto” final, humorístico, presuntuoso y con ocasionales fermatas de comedia.

El esquema armónico de la obra en su conjunto es elaborado, con referencias e interconexiones entre los movimientos. Tanto como cualquier otro trabajo que Beethoven haya escrito, el trío «de los espíritus» invita y desafía a los oyentes a apreciarlo en una variedad de niveles.

Pablo Terraza

XIV Encuentro de Música Sacra: Concierto «La muerte como esperanza»

Martes 25 de abril a las 19:30 hrs.
Templo Mayor de Campus Oriente UC, Av. Jaime Guzmán 3300, Providencia

Miércoles 26 de abril a las 19:30 hrs.
Iglesia de la Veracruz, José Victorino Lastarria 124, Metro Universidad Católica.

Parte I

Max Reger (1873-1916)
O Tod wie bitter bist du

Hugo Distler (1908-1942)
Fürwahr er trug unsere Kraukheit

Parte II

John Rutter (1945)
Réquiem
I. Requiem Aeternam
II. Psalm 130 “Out of the deep”
III. Pie Jesu
IV. Sanctus
V. Agnus Dei
VI. Psalm 23 “The Lord is my shepherd”
VII. Lux Aeterna

Camerata Vocal Universidad de Chile
Sopranos: Claudia Pereira (solista), Hanny Briceño, Denise Torre, Soledad Mayorga.
Contraltos: Ana Navarro, Carolina Acuña, María Fernanda Carter, Moisés Mendoza.
Tenores: Felipe Catalán, Felipe Gutiérrez, Leonardo Pohl, Isaack Verdugo.
Bajos: David Gáez, Ramiro Maturana, Esteban Sepúlveda, Arturo Jiménez.
Pianista acompañante: Pablo Morales

Dirección general: Juan Pablo Villarroel

Notas al programa

Max Reger hace una conexión entre el Barroco (contrapunto) y el postromanticismo hasta incluso sobrepasar los límites de la tonalidad. Del hábito barroco al período postromántico está también su más profunda raíz. A pesar de ello, sus composiciones maduras (Tres motetes, opus 110) son la quintaesencia dentro del ámbito de su música coral.

El motete O Tod wie bitter bist du, dedicado a la hija menor de Felix Mendelssohn, de cinco a ocho voces, fue compuesto en pocas horas el 23 de julio de 1912. El texto bíblico fue escogido del Eclesiastés, extracto que ya había sido elegido por Johannes Brahms: su descripción dialéctica de la experiencia de la muerte y el bálsamo del consuelo, entre el duelo y la redención, es la sumatoria de su retórica musical. Más allá del temor y la súplica se encuentran amplias frases lentas de una indecible conexión armónica de dolor y dulzura.

Hugo Distler fue un hombre profundamente religioso se encontró con fuego cruzado durante la Segunda Guerra Mundial: tenía veinticinco años cuando asumió Hitler, llevado por su devoción, demasiado progresista para el tradicionalismo alemán de esos días, su música no fue muy bien vista por el nazismo. Fue etiquetada como un arte degenerado, por lo que estuvo bajo amenaza constante. Esto le fue generando una depresión que terminó en suicidio en noviembre de 1942, cuando apenas tenía treinta y cuatro años. Su estilo se define por el movimiento del canto antiguo, especialmente influenciado por el compositor barroco Heinrich Schütz. De hecho, esta obra proviene de su homónimo Geisliche Chormusik, compuesto por Schütz, de quien heredó igualmente su escritura en estilo antiguo.

Fürwahr er trug unsere Kraukheit fue compuesta durante los años 30. Pone el pasaje del Mesías (Surely) imitando claramente el estilo de Schütz (quintas justas y acordes cerrados). El coral que cierra la obra marca un impresionante cambio del peso de la tumba a un optimismo cristiano.

El Réquiem de John Rutter es considerado el mayor aporte a la música coral del compositor. Escrito en 1985 y estrenada el 13 de octubre de ese mismo año, el compositor asegura que no tiene una relación musical con el Réquiem de Fauré, pero que, sin embargo, “en el Réquiem de Fauré está todo lo que quiero decir”. Es una composición llena de optimismo y de claridad, a través de una armonía neoclásica llena de colores y sorpresas. A través de la instrumentación logra una liviandad que lleva de un tema a otro con una naturalidad extraordinaria y utiliza una soprano solista en el “Pie Jesu” y en el “Lux Aeterna”.

Juan Pablo Villarroel