Presentamos la nueva programación de Septiembre: ¿Tiene miedo usted que se homosexualice la vida? Disidencias sexo-genéricas en el cine.
Programación:
Lunes 2: Fox y sus amigos (R.W. Fassbinder, 1975)+A Olga (Horacio Vallereggio, 1975)
Lunes 9 de septiembre: Funeral Parade of Roses (Toshio Matsumoto, 1969)
Lunes 16 de septiembre: E agora? Lembra-me (Joaquim Pinto, 2013)
Lunes 23: Certain Women (Kelly Reichardt, 2016)
Lunes 30: Una canción de amor (Jean Genet, 1950)+Looking for Langston (Isaac Julien, 1989)
Comenzamos el ciclo con Fox y sus amigos (1975), polémica película de Rainer Werner Fassbinder sobre un empleado de circo que se hace millonario al ganar la lotería. Su escalada social le permite codearse con la burguesía, empezando un romance con un exitoso empresario. Trágico como todo melodrama del alemán, la película fue criticada en su momento por presentar un retrato “negativo” de la comunidad homosexual alemana. Fassbinder, sin embargo, planteaba que las relaciones homosexuales se encontraban cruzadas por otro tipo de relaciones sociales, por lo que los modelos de explotación de las relaciones podían presentarse también en una relación no heteronormada. A pesar de ser un símbolo queer, Fassbinder casi no hizo películas con personajes homosexuales. Fox es su primer retrato de hombres homosexuales, con tintes biográficos y una fuerte influencia de los melodramas de Douglas Sirk.
Para acompañar esta primera sesión, proponemos el choque entre el mundo homosexual anti naturalista de Fassbinder con el cortometraje A Olga, del cineasta experimental argentino, Horacio Vallereggio. Ambos coinciden en su año de realización, 1975, y en ethos, una forma común de encarnar formas del amor.Filmada en el garaje del director, el cortometraje presenta una performance que reinterpreta la canción “Bravo” de la leyenda del bolero, la cubana Olga Guillot. “Bravo, permíteme aplaudir, por la forma de herir, mis sentimientos”.
El ciclo continúa con Funeral Parade of Roses (1969), una de las películas más transgresoras del período más transgresor del cine japonés. Una colección de cine directo, animaciones, fast-cutting, documental, y vídeo Avant-garde que retratan a la subcultura travesti de Tokyo durante los sesenta. Más que una descripción de la comunidad, la cinta de Toshio Matsumoto se mete de lleno en las orgías, grabaciones, fiestas de drogas, y caóticas intervenciones de sus personajes retratados. Después de años realizando cortos experimentales, Matsumoto aplica todos los elementos plásticos aprendidos en una de las obras más radicales de la nueva ola japonesa.
Para la tercera jornada proponemos una ruta trazada por el director Joaquim Pinto. E agora? Lembra me, es el diario de un año en el que es sujeto de experimentación clínica luego de intentar todos los tratamientos disponibles en su natal Portugal. Hace veinte años vive con Hepatitis C y VIH. Sin embargo, no se trata del lamento de un enfermo sino de la posibilidad de futuro. Pinto traza un recorrido que no sigue la linealidad cronológica y nos habla de cine, de filmar y de pensarlo. Primero como oficio que forja su amistad con Raúl Ruiz o Manoel de Olivera, a quienes acompañó en la edición de sonido. Luego, como forma de pensamiento, recordándonos que a Jarman y a Daney se los llevó el SIDA. Y finalmente, como modo de vida. Ya que en definitiva, las imágenes que soportan esta ruta están llenas de una vida en común con su compañero, el cineasta Nuno Leonel, de una autoficción que se comparte y del amor hacia sus perros.
Certain Women es una decisión particular dentro de la propuesta programática. A diferencia de las restantes películas, se desvía de la pregunta que nombra el ciclo. “¿Tiene miedo que se homosexualice la vida?” permite anunciar tanto la diferencia de los cuerpos trans en el Japón de los setenta, como las crónicas de sidario de un cineasta portugués. Así como de los gestos controversiales de Fassbinder, o la propia biografía de Langston Hughes. En el sexto largometraje de Kelly Reichardt, en cambio, no hay hazañas ni héroes. Se trata de un tríptico protagonizado tanto por tres mujeres como por el escenario que las reúne, paisaje que las transforma, el estado de Montana. En definitiva, es una película que hace aparecer fragmentos de una abogada, una madre y una campesina nativo americana. También, como han de suponer, hay deseo de una mujer por otra. Finalmente, se trata de una directora lesbiana en un ciclo de disidencias sexo-genéricas. Pero la mirada del espectador está restringida, y así como no hay una narrativa que se impone universal -algo que se advierte desde el título-, tampoco recae en el deseo lésbico una sentencia. No hay puntos de llegada, solo inflexiones del deseo que tienen lugar en cuerpos feminizados puestos en escena.
Para finalizar, hemos preparado una sesión doble de ensoñaciones homoeróticas. Comenzamos con Una canción de amor (1950), la única película realizada por Jean Genet, el poeta, novelista y exdelincuente francés. Ambientada en una cárcel (sitio importante y autobiográfico en el imaginario de Genet), el cortometraje muestra a dos presos intentando intercambiar flores desde una celda a otra. Vigilados por un guardia celoso, ambos tratan de mantener una relación sexual a la distancia, ayudados por una pequeña paja con la que intercambian humo por un orificio.
Para cerrar, en Looking for Langston (1989) Isaac Julien imagina un espacio onírico en que conviven distintos miembros del Renacimiento de Harlem, un movimiento artístico negro de los años 20. Basada parcialmente en los relatos y vida de Langston Hughes, Julien reconoce el legado de homosexuales negros como Hughes y James Baldwin, al mismo tiempo que cuestiona la seguridad con la que estos pudieron expresarse por su condición de artistas y burgueses. Una segunda ensoñación literaria para complementar el cortometraje pionero de Genet.