Jueves 28 de junio al domingo 26 de agosto de 2018 / Martes a domingo, 10:00 a 18:45 horas. Museo Nacional de Bellas Artes.
Un viaje en el tiempo para comprender la visualidad religiosa de los siglos XVII y XVIII en la que confluyen herencias europeas y americanas, propone la muestra Travesía de la fe, en el Museo Nacional de Bellas Artes, que presenta 160 piezas de la colección Joaquín Gandarillas Infante entregadas en comodato a la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Una exhibición de arte virreinal inédita, tanto por su envergadura como por las pinturas, piezas de plata, mobiliario e imaginería que la integran, arriba al MNBA. Se trata de 160 obras que dan cuenta del desarrollo de un imaginario religioso propio de América, junto con el surgimiento de un arte mestizo único, que apela a los sentidos a través de su materialidad y decorado.
La Colección Joaquín Gandarillas Infante, que fue entregada en comodato a la universidad por la Fundación del mismo nombre para su preservación y difusión, es considerada una de las más representativas de su género y de su época. Por eso, la UC quiso celebrar su aniversario N° 130 con esta exposición gratuita, que fue acogida por el MNBA.
“Esta exposición permitirá que el público chileno pueda conocer, apreciar y reflexionar sobre las estéticas e íconos que conformaron el imaginario religioso introducido y desarrollado en América durante el periodo virreinal, con imágenes circunscritas a la función que cumplía el arte en ese periodo, produciéndose el estilo tan particular y único como el barroco mestizo”, explica Roberto Farriol, director del MNBA.
“Nuestra misión como universidad es formar personas al servicio de la sociedad y sus necesidades. Es en virtud de eso que –sumado al conocimiento y el entendimiento, la valoración y el disfrute— la afirmación de nuestros valores culturales es relevante. Queremos aportar al desarrollo y la difusión de una época que marcó el inicio de la construcción de nuestra identidad regional”, agrega el rector Ignacio Sánchez.
“Junto con mostrar el viaje y expansión del arte como medio de enseñanza visual y de educación religiosa del catolicismo en América y en los territorios del sur andino, busca incorporar un alcance cultural a las dimensiones política y económica con que se enfoca principalmente, el Descubrimiento y Conquista de América”, añade Isabel Cruz, curadora permanente de la colección y de Travesía de la fe.
Quienes visiten el museo podrán ver en pintura, por ejemplo, vírgenes de advocaciones regionales como la Virgen del Rosario de Pomata o la Candelaria de Copacabana. En imaginería encontrarán interpretaciones locales, principalmente quiteñas, de las temáticas de la escultura barroca española. En platería, se mostrará la producción de la gran mina de Potosí que abasteció a España y el efecto de abundancia y variedad con que incidió en el culto de las iglesias y también en el privado. En mobiliario, se observará la calidad de las maderas nativas, la variedad de técnicas y materiales, algunos de origen hispano-árabe y otros orientales como las lacas, conchaperla o carey, que muestran la interculturalidad de nuestra región entre los siglos XVII y XVIII.
Sobre la Colección Joaquín Gandarillas Infante
Joaquín Gandarillas Infante (1930-2004) estudió agronomía, pero desde niño le interesaron las piezas patrimoniales y pronto comenzó a formar su propia colección. Su contacto con las obras que iba descubriendo, más su activa contribución como miembro del directorio y luego como director del Museo Colonial de San Francisco, afinaron en él una mirada sensible que le permitió atender a los valores genuinos del arte virreinal para formar su colección. Su criterio puso en jaque al antiguo “buen gusto” europeizante y afrancesado -común entre la elite chilena- y lo enfrentó a su contracara cultural: el barroco mestizo.
El destino que planeara para el conjunto de las 639 piezas que había logrado reunir, su conservación como conjunto, sin dispersar ni mezclar; la creación de un repositorio especializado o su legado a algún museo o institución cultural para su exhibición y estudio, pudo concretarse tras su muerte. Cumpliendo con esta voluntad su familia y heredera constituyó la Fundación Joaquín Gandarillas Infante, que en el año 2007, firmó con la Universidad Católica un comodato para investigar, exhibir y difundir su valiosa colección. Así, 167 pinturas, 138 esculturas e imaginería; 121 objetos de platería y orfebrería y 35 piezas de mobiliario quedaban disponibles al público, en muestras acotadas y sucesivas, otorgándoles un sentido social, como parte del patrimonio cultural de Chile.