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«Yo soy mi propia musa. Pintoras latinoamericanas de entreguerras (1919-1939)»
abril 16, 2019 @ 19:15 - junio 30, 2019 @ 19:15
Obras de destacadas artistas de América Latina, junto a una selección de autoras nacionales de la colección MNBA, se exhibirán entre el 17 de abril y el 30 de junio. Inauguración: Martes, 16 de abril, 19:15 horas.
Entre el 17 de abril y el 30 de junio, el Museo Nacional de Bellas Artes presenta la exposición internacional «Yo soy mi propia musa. Pintoras latinoamericanas de entreguerras (1919-1939)», que por primera vez en Chile y en el cono sur exhibe obras de las más destacadas artistas de América Latina.
La muestra incluye una selección de pinturas de autoras nacionales pertenecientes a la colección MNBA, evidenciando una red de mujeres creadoras preocupadas por relevar la identidad y el rol femenino en la sociedad de su tiempo.
Esta exposición que nace de una alianza curatorial y de gestión entre el Museo Nacional de Bellas Artes y Kugi Projects-Arttena (España), que es financiada por el Servicio Nacional del Patrimonio Cultural, y se enmarca en el sello Mujeres Creadoras del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio.
De esta forma, con la dirección de contenidos de la curadora MNBA Gloria Cortés, llegan a Chile alrededor de 40 pinturas, dibujos y objetos pertenecientes a prestigiosas colecciones privadas, museos e institucionales de diez países de la región.
Por primera vez la obra de importantes artistas como Frida Kahlo (México), Leonora Carrington (Reino Unido, avecindada en México) o Tarsila do Amaral (Brasil), se exhibe en Chile dando cuenta de una comunidad de mujeres, que si bien se encuentran vinculadas a las vanguardias europeas y a los influjos de la guerra, fueron agenciadoras de lo subalterno desde su triple condición de género (mujeres), clase (latinoamericanas) y sujetos sociales (no-ciudadanas).
Ello cobra relevancia a 100 años del término de la Primera Guerra Mundial (noviembre, 1918) y a 70 del sufragio femenino para las elecciones presidenciales chilenas (enero, 1949). De forma especial, este grupo indagó en las temáticas corporales y la construcción cultural de la identidad femenina, reflejada en la frase de Frida Kahlo que da nombre a la exposición: «Yo soy mi propia musa. El tema que mejor conozco».
«Como Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio este 2019 nos hemos propuesto relevar el rol de las mujeres creadoras en el desarrollo cultural de la sociedad. Esta muestra que reúne la obra de intelectuales valientes y visionarias, que se ocuparon de dar cuenta de las desigualdades sociales de su época, es una excelente oportunidad para reconocer su aporte, así como el de las autoras chilenas que se vincularon a estas potentes creadoras que cambiaron la historia de las artes visuales«, explica la ministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Consuelo Valdés.
«Para el Museo Nacional de Bellas Artes es un logro destacable y también un orgullo la inauguración de esta exposición. Ella traza un mapa inédito de un momento clave de la producción artística latinoamericana. Este hace evidente un diálogo tan rico como variado de un notable contingente de pintoras con las propuestas del arte de vanguardia«, dice el director del Museo Nacional de Bellas Artes, Fernando Pérez Oyarzún.
«Se permite así a la ciudadanía -agrega Pérez Oyarzún -contemplar una rica producción nacional, no siempre bien conocida, en un contexto internacional. Hay que destacar el trabajo de curaduría, producción y montaje que, en conjunto con un amplio equipo y el apoyo del Ministerio de las Culturas las Artes y el Patrimonio, ha logrado construir una exposición tan significativa y tan compleja en un plazo muy breve».
La curadora Gloria Cortés precisa que «aunque las omisiones historiográficas han marginado su estudio y reconocimiento, las actuales investigaciones llevadas a cabo por una generación de historiadoras del arte aportan una nueva perspectiva que ha permitido presentar a las mujeres como sujetas de historia y de expresiones. De ahí que este ejercicio de recuperación de memorias femeninas en clave latinoamericana, en el que participaron investigadoras del MNBA y relevantes académicas internacionales, resulta de especial relevancia», comentó.
En tanto que en la gestión de esta muestra Julio Niebla, director Kugi Projects-Arttena, destaca «la articulación de una vasta red de contactos con colecciones internacionales públicas y privadas de alto nivel. Ha significado una extensa labor para la coordinación de préstamos, permisos y seguros, bajo el resguardo legal de los distintos países de origen de estas significativas obras».
Secciones
- Encuentros en París: Los encuentros en esta ciudad, especialmente al interior de las academias de la Grande Chaumière y Colarossi o el taller de André Lothe -uno de los pocos espacios donde las artistas pudieron ensayar el dibujo con modelos vivos-, motivaron el surgimiento de exposiciones y talleres compartidos, relaciones afectivas y redes de solidaridad.
- Leonora, Remedios, Maruja: el exilio en América: debido a la Primera Guerra Mundial y a la Guerra Civil Española muchas mujeres se refugiaron en Buenos Aires, Santiago y Ciudad de México, donde reforzaron vínculos afectivos y creativos.
La inglesa Leonora Carrignton y la española Remedios Varo, se conocieron en París en 1937 y se reencontraron en México en 1942, país en el que compartieron intereses y procesos artísticos fuera del canon establecido por la academia. Asimismo, Maruja Mallo llegó a Buenos Aires en 1937 y en 1945 realizó un breve viaje a Chile, incorporando parte del imaginario de Isla Negra, retratándose como una deidad vestida de inmensas algas. - El cuerpo como resistencia: El autorretrato y la representación del cuerpo permitieron a las mujeres proyectar su identidad y sus problemáticas, conformando una nueva consciencia individual femenina, ajenas a la mirada masculina.
Disruptivas de las normas morales y sociales, mirarse a sí mismas y mirar sus propios cuerpos se convirtió en un puente de transformaciones; el desnudo femenino reflejó el auto-erotismo, la libertad sexual, el reconocimiento de la propia corporalidad o la denuncia sobre las violencias reales y simbólicas. - El género y la piel: durante las primeras décadas del siglo XX el habitante indígena fue tema en diversos ámbitos de producción cultural, para alzar un ideal al servicio de una revolución social, ajeno a la visión exótica y eurocentrista. Surgió entonces un corpus de obras de creadoras que pusieron en el centro de la discusión la otredad femenina, en tanto mujeres marginadas de la propia estructura social.
De esta forma, se manifestó la mirada de autoras que rescataron sus raíces indígenas y afro-brasileñas, así como sus escenarios domésticos y cotidianos o los paisajes naturales de su entorno, a modo de imaginario personal, político y abstracto-ornamental.
Artistas
Argentina: Raquel Forner (1902-1988) y Norah Borges (1901-1998).
Brasil: Tarsila do Amaral (1886-1979), Georgina de Albuquerque (1885-1962), Lucy Citti Ferreira (1911-2008), Noemia Mourão (1912-1992) y Anita Malfatti (1889-1964).
Colombia: Débora Arango (1907-2005)
Cuba: Amelia Peláez (1896-1968).
México: María Izquierdo (1902-1955), Frida Kahlo (1907-1954), Rosa Rolanda (1895-1970), Lola Cueto (1897-1978), Aurora Reyes (1908-1985), Nahui Olin (1893-1978).
Perú: Elena Izcue (1889-1970), Julia Manuela Codesido (1883-1979) .
Reino Unido: Leonora Carrington (1917-2011).
Uruguay: Petrona Viera (1895-1960), Amalia Nieto (1907-2003).
España: Remedios Varo (1908-1963), Maruja Mallo (1902-1995).
Chile: Laura Rodig (1901-1972), Elmina Moisán (1897-1938), Emma Formas (1886-1959), Judith Alpi (1893-1983), Sara Malvar (1898-1970), Henriette Petit (1894-1983), Herminia Arrate (1896-1941), Raquel González (1922-1938), Ximena Morla (1891-1987), Ana Cortés (1895-1998), Luz Arrieta (1910-?), Marta Villanueva (1900-1995), María Aranís (1903-1966), Dora Puelma (1885-1972), María Tupper (1893-1965), Inés Puyó (1906-1996) Graciela Aranís (1908-1996).