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«El Oyente Mundus»

mayo 5, 2017 @ 20:00 - mayo 27, 2017 @ 22:00

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El abrazo de la sombra en la obra de Melania Lynch
Curaduría y texto: Daniela Berger

El Oyente Mundus
Galería PANAM
5 Mayo 2017

Siempre es una sorpresa cuando lo nocturno irrumpe a plena luz del día. Lo que revela es una existencia subterránea, una resistencia interior que nunca se ha roto.
Michel de Certau, La Possesion de Loudun

El trabajo de Melania Lynch opera en el tiempo presente de un proceso continuo. Es difícil, si no imposible, saber cuando comenzó. La obra se abre lenta y profusamente, como un palimpsesto arquetípico de múltiples significados, pero siempre es una acción del tiempo del ahora. Cuando es pintura, es una superposición de capas –a veces invisibles- de materia que dejan entrever a menudo silenciosos personajes que aparecen solo esporádica, sutilmente. Su prolífica producción de imágenes puede parecer como el continuum de un simple presente y sin embargo es a la vez un ahora muy denso, que tiene, como en el saber escénico, un cierto peso dramático.
Si hay alguna reminiscencia, solo en la superficie, a toda posible idea ilustrativa, es que ha sido acaso una interpretación permisible, mas únicamente tras un análisis meramente formal. No hay, no puede haber, nada de evidente en el óleo obstinado y de secado lento; en una imagen que comporta antiguos saberes y quizá ha de contemplarse más como una forma proyectiva, en el sentido en que resonará, hacia delante y hacia adentro, en el observador. Esta es una pintura que se conectará con una cualidad onírica a la vez individual y humana, como en el campo de acción que propuso enérgicamente el surrealismo; donde se abren nuevas e infinitas posibilidades del imaginario humano que abraza lo que no controla. La sombra de Jung. Lo colectivo del inconsciente.

Y es así que surge acorde la expresión de Deleuze-Guattari: no hay ninguna diferencia entre aquello de lo que está hecho una pintura y de aquello de lo que habla.

Cuando su obra es dibujo, con trazo claro que ha devenido gradualmente cerrado, afloran de nuevo formas que pueden provenir de una especie de raíz común primigenia que describe muy bien el cuento Vasalisa, un cuento eslavo recogido por Alexander Afanasiev titulado originalmente ‘Wassalyssa la bella’, en el cual una muchacha debe enterrar su pasado temeroso y aprender a vivir como una mujer libre y sabia, que se conecta permanentemente con su conciencia. Vasalisa es un arquetipo cuyo personaje se plantea una particular manera de ser-en-el-mundo natural. Una anhelación que responde a otra lógica de relación entre los objetos, las personas y la naturaleza como un todo…un más categórico ir hacia las cosas a modo del fenomenólogo Edmund Husserl.

Para observar el trabajo de Melania Lynch resulta certera la afirmación que plantea que cuando uno vive rodeado de personas, puede pertenecer a una comunidad. Pero es cuando se esta solo, rodeado de naturaleza, que se es uno-con-ella.

En esa incertidumbre o incluso pausa del orden, Lynch pareciera fundirse en una fluidez del saber que utiliza, en su esencia y en su forma, la intuición como método en el sentido Bergsoniano.

Cuando es cerámica, ésta es un desplazamiento del acaecer pictórico hacia el volumen, con una utilización de color que hace pensar en una porcelana contemporánea. Los objetos esmaltados tienen gran poder, y cuando instalados como un conjunto se asemejan a un retablo de algún culto atávico e incierto.

Y es que de alguna manera hay un declaración subyacente a la obra de Melania Lynch. Y esta podría ser que no hay división entre el ser humano y el entorno que lo rodea, domina y abraza, como el sus imágenes en donde la mujer se convierte en árbol, o es rodeada por una piel animal…una cita a la –para ella- fundamental obra de Leonora Carrington, otra sagaz artista que abrazó la sombra. Un traspaso místico que ha sido observado como un trance necesario -que llega implicar incluso capas de sanación- de acuerdo a observaciones plasmadas en visiones disímiles que van desde la obra de Deleuze hasta la de pueblos indígenas de Mesoamérica.

El entorno ha sido siempre fundamental en la práctica sistemática de Lynch, y el descampado irlandés de la península de Beara aparece ineludible en sus dibujos y pinturas. Nada hay en la ciudad que pueda interesarle. El paisaje y sus formas es a veces su único afán de firma, una rúbrica que a veces reemplaza la de su autoría.

Invariablemente frente la obra de Lynch surge la pregunta de cómo un trabajo puede contener tanta luz y tanto blanco, y a la vez ser tan concéntrico y profundo.

Los trabajos que presenta esta exposición corresponden al período final de los últimos seis años de producción de la artista en el sur de Irlanda, y a sus meses de recién de llegada de vuelta a Chile. Simbólicamente, serán expuestos a solo un centenar de metros de la casa de estudios de la artista, y producen así una especie de cierre de ciclo en la inquieta errancia de su práctica visual.

Daniela Berger Prado
Curadora

—–
*Deleuze-Guattari, Mil Mesetas.
* Henri Bergson, (en El Bergsonismo, Gilles Deleuze)

Detalles

Comienza:
mayo 5, 2017 @ 20:00
Finaliza:
mayo 27, 2017 @ 22:00
Categoría del Evento:
Evento etiquetas:
, , , ,
Página Web:
https://www.facebook.com/events/1441627296143993/

Lugar

Galería Panam
Guardia Marina Ernesto Riquelme 586
Santiago, Chile
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Organizador

Galería Panam
Página Web:
https://www.facebook.com/galeriapanam/

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